El Alzheimer llega a mi casa

Un día llegó como un invitado a mi casa y lo recibí contento, entre risas y vaciles, porque sabia que se volvería a marchar. Sin embargo, un día, sin esperarlo, decide quedarse como un okupa, sin reparos, molestando y haciéndonos daño a todos. Ha decidido quedarse en nuestra casa para siempre.

En la entrada de hoy, hablaremos de la demencia que más afecta a las personas mayores, el Alzheimer.

¿Qué es el Alzheimer?

 

Según el DSM 5, el manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales, es un trastorno neurocognitivo caracterizado por un declive sustancial de las funciones cognitivas, que genera interferencia en la vida diaria del enfermo e impide desenvolverse con independencia. Por lo tanto, se producen cambios significativos en la atención, en la memoria, en la orientación visoespacial, en el lenguaje, en el comportamiento y en la personalidad. Además, no ocurre exclusivamente en el contexto del delirium y dichos déficits no son atribuibles a trastornos mentales.

El Alzheimer es una enfermedad que produce en la persona que la padece una gran discapacidad y dependencia hacia los cuidadores. Por lo tanto, genera cambios significativos en la vida diaria de los cuidadores en todos los contextos en los que se desenvuelve: social, laboral, familiar y personal. La vida diaria del cuidador se centra exclusivamente en atender las necesidades del enfermo renunciando por completo las suyas. Es así que con el tiempo puede llegar a presentar el síndrome de Burnout. Este síndrome se caracteriza, principalmente, por un agotamiento físico, mental y emocional, baja realización personal y despersonalización (Maslach y Jackson, 1981). ¿En que consisten?

  1. El agotamiento emocional, físico y mental significa la pérdida de energía, desgaste y fatiga.
  2. La despersonalización se caracteriza por actitudes, sentimientos y conductas distantes y frías, carentes de afecto.
  3. La baja realización consiste en tener respuestas negativas hacia uno mismo y hacia el cuidado del enfermo, presentando baja autoestima, falta de logro personal y sentimientos de ineficacia.

  Prevalencia de casos

Se estima que en España la prevalencia de esta enfermedad ronda el 0,05% entre las personas de 40 a 65 años; 1,07% entre los 65-69 años; 3,4% en los 70-74 años; 6,9% en los 75-79 años; 12,1% en los 80-84; 20,1 en los 85-89; y 39,2% entre los mayores de 90 años. Esto significa que a mayor edad en la vida adulta, existen altas posibilidades de padecer el Alzheimer. Debido a la mejora de la esperanza de vida, se prevé que con el paso de los años, aumenten el número de personas con edad avanzada con Alzheimer. No obstante, no es una enfermedad exclusiva de personas mayores de 65 años, un mínimo porcentaje de personas menores de 65 años han llegado a tener esta enfermedad.

¿Se puede curar?

 

Lamentablemente, no hay evidencias sólidas que hayan encontrado la cura, pero debido a la neuroplasticidad del cerebro, se puede ralentizar el deterioro a través de diferentes estrategias de intervención psicológica y logopédica. La neuroplasticidad o plasticidad cerebral genera cambios en el cerebro, permitiendo a nuestras neuronas regenerarse y creando nuevas conexiones sinápticas y, por ello, nuevos aprendizajes y reduciendo los efectos producidos por las alteraciones estructurales del cerebro en un paciente con la enfermedad de Alzheimer.

¿Cómo frenar el Alzheimer?

 

Desde el centro Koru, nos encargaremos de facilitarte estrategias que ayuden a rehabilitar las capacidades afectadas a través de la estimulación cognitiva, terapia de reminiscencia y terapia de orientación a la realidad adaptadas a las necesidades de cada paciente. Además te proporcionaremos herramientas apropiadas para reducir o evitar el síndrome de Burnout.  ¡Contacta con nosotros y te facilitaremos más información!

Referencias bibliográficas

 

Ballesteros R. M. (2011). El Síndrome de Burnout en cuidadores no formales de enfermos de Alzheimer (Doctoral dissertation, Universidad de Murcia).

Campos Puente, A. D. L. M. (2016). Burnout en amas de casa: el cuidado de familiares enfermos de Alzheimer.

Castillo, G., Fernández, B., & Chamorro, D. (2020). Neuroplasticidad: Ejercicios para retrasar los efectos de la Enfermedad de Alzheimer mediante Estimulación Cognitiva. Revista de Investigación Científica y Tecnológica, 4(2), 115-122

Castillo, G., Fernández, B., & Chamorro, D. (2021). Neuroplasticidad: ejercicios de estimulación cognitiva para retrasar los efectos de la enfermedad del Alzheimer. Libro de Artículos Científicos en Salud Edición, 202.

Maslach, C., Jackson, S. E., & Leiter, M. P. (1997). Maslach burnout inventory. Scarecrow Education.

Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. (2019). Plan Integral de Alzheimer y otras Demencias (2019–2023). Sanidad.

Morrison, J. (2015). DSM-5® Guía para el diagnóstico clínico. Editorial El Manual Moderno.

Prado, L. B., & Rodríguez, S. F. (2013). Neuroplasticidad y psicoestimulación en enfermos de Alzheimer. Alzheimer, 53(1), 39-44.

Portero, A. I. P., & de Los Fayos, E. J. G. (1998). Burnout en cuidadores principales de pacientes con Alzheimer: el síndrome del asistente desasistido. Anales de Psicología/Annals of Psychology, 14(1), 83-93.

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Sandra Coruña Blanco

Sandra Coruña Blanco

Soy Psicóloga General Sanitaria, con máster en “Infancia y Adolescencia” y “Trastorno del Espectro Autista e intervención psicoeducativa”. He desarrollado toda mi carrera profesional en la evaluación y tratamiento de los diferentes trastornos del neurodesarrollo (TEA, TDAH, trastorno específico del aprendizaje, discapacidad intelectual…), así como en los problemas conductuales y emocionales (ansiedad, trastornos de excreción, trastorno negativista desafiante…), abarcando todas las edades: desde niños y niñas de 2 años hasta la adolescencia.
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