La relación entre el TDAH y el apego

La relación entre el TDAH y el apego

El déficit de atención con hiperactividad es un trastorno que puede estar acompañado de un tipo de apego inseguro. Por qué se da esta relación y cómo podemos actuar desde la terapia psicológica ha sido objeto de numerosas investigaciones.

En esta entrada recuperamos los estudios que han relacionado el TDAH con el apego inseguro y explicamos qué podemos hacer en Centro Koru para ayudaros.

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad

Según el DSM 5 el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) se caracteriza por la presencia persistente de inatención y/o impulsividad- hiperactividad que interfiere con el funcionamiento o el desarrollo de la persona que lo padece.

Es un trastorno muy frecuente en el periodo escolar y se suele manifestar antes de los 12 años. Existen diferentes subtipos de TDAH según los síntomas predominantes: presentación hiperactiva/impulsiva, presentación con falta de atención y presentación combinada.

Para diagnosticarse, los síntomas deben persistir durante al menos 6 meses y tienen que estar presentes en dos o más contextos, por ejemplo: en casa, en la escuela o en el trabajo, con los amigos o familia, o en otras actividades (1).

Aunque aún no hay consenso sobre las causas de este trastorno, la mayor parte de las investigaciones coinciden en que la herencia genética causa en torno al 75% de los casos. Estudios recientes han relacionado este trastorno con un contexto familiar con apego inseguro, lo que facilita la aparición de síntomas como la inatención, hiperactividad e impulsividad (2, 3, 4).

En España, entre el 6- 8% de la población padece TDAH y, aunque suele presentarse en el periodo escolar, estos síntomas pueden prolongarse en el tiempo, repercutiendo en su vida adulta (5).

¿Qué entendemos por apego?

El apego es un vínculo emocional programado biológicamente que los niñ@s desarrollan con personas de referencia con el objetivo de asegurar la proximidad y la seguridad emocional y física ante un posible daño o peligro. El apego favorece la supervivencia y permite hacer frente a los diferentes retos y situaciones estresantes que plantea la vida (6).

Por lo tanto, el apego no se construye inmediatamente, sino que evoluciona conforme crece el recién nacido (7, 8):

  • Fase de preapego: sucede durante las seis primeras semanas de vida y el bebé acepta a cualquier persona que le ofrezca comodidad.
  • Fase de formación: suele aparecer entre los 2 y 7 meses y el bebé prefiere a su familia, pero no protesta si se va.
  • Fase de apego: ocurre entre los seis u ocho meses y dura aproximadamente hasta los veinticuatro meses. Esta etapa se caracteriza por la necesidad de buscar protección, afecto y consuelo en sus figuras de referencia, presentar ansiedad a la separación ante la ausencia de su figura de apego y por tener miedo a los desconocidos.
  • Fase de relaciones recíprocas: a partir de los 24 meses en adelante la relación afectiva entre el bebé y su figura de referencia es sólida.

Tipos de apego

En los últimos 50 años se han llevado a cabo numerosas investigaciones con el objetivo de estudiar el apego de los recién nacidos y sus madres, introduciendo en situaciones controladas diferentes situaciones extrañas para observar la respuesta de los bebes.

Estos estudios han permitido describir los diferentes tipos de apego que pueden desarrollar los bebes con sus figuras de referencia (9, 10):

  • Un apego seguro permite al bebé explorar su entorno en presencia de su madre y, aunque esta disminuya ante su ausencia, el retorno de la figura de referencia devuelve al bebé al estado de seguridad previo, por lo que estimula de nuevo la exploración del entorno.
  • Apego inseguro:
    • Ansioso – ambivalente: el bebé presenta una gran desconfianza y angustia ante la separación, se muestra inseguro ante el regreso de la madre y tiene dificultades para calmarse. El bebé desconoce cómo va a responder su figura parental ante determinadas situaciones por lo que puede mostrarse enfadado, irritable, con miedo o con malestar.
    • Evitativo: el bebé con este tipo de apego suele ignorar a su madre cuando explora, no suele afectarle su ausencia y no busca el contacto físico cuando regresa.
    • Desorganizado: es la combinación de las dos anteriores. El reencuentro genera reacciones extrañas e impulsivas tales como conductas explosivas y dificultades para entenderse con su figura parental.

La relación entre el TDAH y el apego

Los estudios sobre los diferentes tipos de apego han permitido observar que el desarrollo de apego inseguro, caracterizado por irritabilidad, inquietud excesiva o dificultad para calmarse, representa problemas para una adecuada interacción entre los niñ@s y adolescentes con sus cuidadores principales.

Posteriormente, es habitual que surjan síntomas compatibles con el TDAH como la limitación en las habilidades de autorregulación como el control de impulsos, la capacidad para auto calmarse, la inhibición conductual y cognitiva, que a su vez retroalimentan el desarrollo de un tipo de apego inseguro (11, 12, 3).

De hecho, algunas investigaciones han identificado el tipo de apego inseguro en un 52,9% de los niñ@s y adolescentes diagnosticad@s de TDAH.  El tipo de apego inseguro más frecuente es el desorganizado. Por el contrario, las variantes del apego inseguro están presentes en el 25% de niños y adolescentes sin estas dificultades (13, 14 ,3).

Por último, se ha demostrado que el desarrollo de un apego seguro es beneficioso para los niñ@s y adolescentes diagnosticados de TDAH, pues serán capaces de desarrollar competencias sociales y emocionales. Estas capacidades no solo favorecen la consecución de objetivos académicos, también disminuyen la sintomatología del trastorno y protegen frente a algunas complicaciones habituales (15, 3)

Conclusiones

La relación entre el TDAH y el apego demuestra la necesidad de trabajar en el desarrollo de un apego seguro en aquellos niños diagnosticados con TDAH, ya que muestra beneficios en todos ellos.

Por lo tanto, se demuestra necesaria la intervención psicológica precoz con el objetivo de alcanzar y asegurar la interacción positiva entre niñ@s y adolescentes diagnosticados de TDAH con sus cuidadores principales.


Las profesionales de Centro Koru estamos comprometidas con la puesta en marcha de evaluaciones específicas destinadas a identificar el tipo de apego inseguro desarrollado e iniciar terapias que fomenten un apego seguro.

Esto permitirá al niñ@ desarrollar y mejorar sus habilidades sociales y emocionales con su familia y entorno, con el último objetivo de mejorar su calidad de vida presente y futura.

Ante cualquier pregunta, no dude en contactar con nosotras,

Estaremos encantadas de ayudarles.


Referencias bibliográficas

  1. American Psychiatric Association (2014). DSM-5. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Editorial Médica Panamericana. ISBN 9788498358100.
  2. Mick, E., Biederman, J., Prince, J., Fischer, M. J. y Faraone, S. V. (2002). Impact of low birth weight on attention-deficit hyperactivity disorder. Journal of Developmental & Behavioral Pediatrics, 23(1), 16-22.
  3. García Quiroga, M. y Ibáñez Fanes, M. (2007). Apego e hiperactividad: Un estudio exploratorio del vínculo madre-hijo. Terapia psicológica, 25(2), 123-134.
  4. Álvarez C., Carrasco X., Espinoza M.A. y Venegas V. (2012) El trastorno por déficit de atención con hiperactividad: mito o realidad. Medwave 2012 Jul;12(6): e5444 doi: 10.5867/medwave.2012.06.5444.
  5. García, M. G., Tato, L. P., Borbujo, J. S., Corral, L. M., Fabián, A. H. y Martín, L. S. F. (2008). Trastorno por déficit de atención e hiperactividad: un problema actual. In Anales de pediatría (Vol. 69, No. 3, pp. 244-250). Elsevier Doyma.
  6. Bowlby, J. (1969). Attachment and loss v. 3 (Vol. 1). Random House. Furman, W., y Buhrmester, D.(2009). Methods and measures: The network of relationships inventory: Behavioral systems version. International Journal of Behavioral Development, 33, 470-478.
  7. Bretherton, I. (1992). The origins of attachment theory: John Bowlby and Mary Ainsworth. Developmental psychology28(5), 759.
  8. Bowlby, J. (1993). Vínculos afectivos. Formación desarrollo y perdida, 5. Madrid: Morata.
  9. Ainsworth, M. y Wittig, B. (1969). Apego y comportamiento exploratorio de los niños de 1 año en una situación extraña. En: Foss BM, editor. Determinantes del comportamiento infantil. Londres: Methuen. págs. 111–36.
  10. Carrillo, S. (1999). Marv Salter Ainsworth (1913-1999). Revista latinoamericana de Psicología, 31(2), 383-386.
  11. Clarke, L., Ungerer, J., Chahoud, K., Johnson, S. y Stiefel, I. (2002). Attention deficit hyperactivity disorder is associated with attachment insecurity. Clinical Child Psychology and Psychiatry, 7(2), 179-198.
  12. Green, J., Stanley,C. y Peters,S.(2007). Disorganized attachment representation and atypical parenting in young school age children with externalizing disorder. Attachment and Human DEVELOPMENT, 9(3), 207-222.
  13. Cassidy, J. y Berlin, L. J. (1994). The insecure/ambivalent pattern of attachment: Theory and research. Child development, 65(4), 971-991.
  14. Field, T. (1994). The effects of mother’s physical and emotional unavailability on emotional regulation. En N. Fox (Ed). The development of emotion regulation: biological and behavioral considerations. Monographs of the Society for Research in Child Development, 59 (serial 240, 2-3), 228-249.
  15. Fonagy, P. y Target, M. (2002). Early intervention and the development of self-regulation. Psychoanalytic Inquiry, 22(3), 307-335.
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Sandra Coruña Blanco

Sandra Coruña Blanco

Soy Psicóloga General Sanitaria, con máster en “Infancia y Adolescencia” y “Trastorno del Espectro Autista e intervención psicoeducativa”. He desarrollado toda mi carrera profesional en la evaluación y tratamiento de los diferentes trastornos del neurodesarrollo (TEA, TDAH, trastorno específico del aprendizaje, discapacidad intelectual…), así como en los problemas conductuales y emocionales (ansiedad, trastornos de excreción, trastorno negativista desafiante…), abarcando todas las edades: desde niños y niñas de 2 años hasta la adolescencia.
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