Mi niño tiene los terribles dos

Los dulces (terribles) dos

Hay etapas en el desarrollo de nuestros pequeños que son periodos complicados tanto para los padres, como para los niños. Es por ello, que en la entrada de hoy nos vamos a focalizar en esa dulce y terrible etapa del desarrollo que son los dos años.

Mi niño tiene los terribles dos

Cada mañana me despierto preguntándome con quien conviviré hoy, si con mi hijo el muñeco Chucky o mi hijo el oso amoroso. Sea quien sea, es él y lo quiero con locura.

  • Él no me deja hablar con su padre, pero me dice: «cuidado mamá» cuando se abre el ascensor o hay un bordillo.
  • Él no quiere lavarse las manos ni la boca, pero me besa con su sonrisa pícara.
  • Él no comparte su comida ni los juguetes, pero me dice: “¿estás bien?” cuando me encuentro enferma.
  • Él si está molesto o muy cansado me rechaza y me aparta diciéndome: «tú no mamá», pero le gusta jugar conmigo.
  • Él quiere ponerse solo los calcetines o los zapatos, pero también me ayuda a recoger el lavavajillas o limpiar el suelo y, con su gran ingenio, resuelve muchas situaciones.

Estas son algunas de las manifestaciones propias de la etapa de “los terribles dos” o conocida como la “aDOSlescencia. Pero ¿por qué se producen estos comportamientos?

Causas de la «aDOSlescencia»

El cerebro de un niño o una niña de dos años es totalmente emocional, esto es, el sistema límbico está en pleno funcionamiento y, por lo tanto, las emociones son cambiantes. El deseo del niño es obedecerte, pero también es jugar y explorar. De ahí sus explosiones de ira desmesuradas y, en ocasiones, difíciles de controlar.

Además, la corteza prefrontal, encargada de planificar, de organizar, de tomar decisiones, de solucionar problemas y de inhibir ciertos comportamientos no se ha desarrollado y no llega a madurar por completo hasta pasados los veinte años, por lo que le puede resultar difícil cambiar de una tarea atractiva a otra más desagradable o aceptar una respuesta como no.

De esta manera, los padres debemos actuar como guía de su conducta, ser firmes, pero comprensivos y pacientes y ofrecer mucho amor.

También ayuda que, para que tu hijo entienda y siga tus instrucciones, le establezcas la misma rutina diaria ya que los cambios constantes, y sin previo aviso, les provoca mucho estrés.

También, la etapa de los dos años es una etapa en la que, el niño o la niña, está forjando su identidad y favoreciendo la independencia.

De esta manera, se siente autónomo/a, resolutivo/a y perseverante. Por lo tanto, desea realizar solo muchas tareas, en ocasiones, peligrosas y desea hacer lo mismo que su padre y madre, sus figuras de referencia, que tanto admira.

De modo que, ofrece a tu hijo o hija herramientas, adapta el material y/o enséñale cómo hacerlo para evitar cualquier amenaza para su integridad física y reproduce constantemente todo lo que deseas que realice y evita aquello que no quieres que haga, eres su gran líder.

Referencias bibliográficas

  • Bilbao, A.(2015) El cerebro del niño explicado a padres
  • Siegel, D. & Payne, D.(2012) El cerebro del niño

En Centro Koru podemos ayudarte

En Centro Koru somos especialistas en ofrecer diferentes herramientas para lidiar y afrontar estas situaciones de manera apropiada evitando que te produzca desgaste emocional.

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Sandra Coruña Blanco

Sandra Coruña Blanco

Soy Psicóloga General Sanitaria, con máster en “Infancia y Adolescencia” y “Trastorno del Espectro Autista e intervención psicoeducativa”. He desarrollado toda mi carrera profesional en la evaluación y tratamiento de los diferentes trastornos del neurodesarrollo (TEA, TDAH, trastorno específico del aprendizaje, discapacidad intelectual…), así como en los problemas conductuales y emocionales (ansiedad, trastornos de excreción, trastorno negativista desafiante…), abarcando todas las edades: desde niños y niñas de 2 años hasta la adolescencia.
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